sábado, 24 de octubre de 2015

COMPETENCIA CULTURAL






En sentido amplio la cultura puede ser entendida como el patrón integrado de conductas humanas –pensamientos, comunicación, prácticas, costumbres, creencias, valores, instituciones, etc. de grupos específicos definidos por dimensiones como la etnia, género, nacionalidad, status socioeconómico, opción sexual, religiosa o política, etc. Por su parte, la competencia se refiere, con carácter general, a la habilidad para funcionar eficazmente. 


En consecuencia, se puede definir competencia cultural como el conjunto de conocimientos, actitudes, conductas, y en su caso políticas y programas, que confluyen en una persona, organismo o sistema que le capacitan para trabajar (convivir, ser implementado, etc.) con eficacia en contextos interculturales. Por tanto, la competencia cultural puede estar referida a ciudadanos, profesionales de los servicios, políticos, a un barrio, centro de salud o de servicios sociales, o al sistema jurídico, educativo, etc La competencia cultural es un constructo complejo y no sólo por las múltiples dimensiones que la configuran, sino también porque es al mismo tiempo un proceso y un resultado. Hayes (1991) la concibe con una estructura dinámica que se mueve en un eje en el que representa los continuos progresos (avances) que realizan las personas (instituciones, sistemas, etc.) hasta alcanzar el grado óptimo de funcionamiento en contextos culturales (Figura 1).

De acuerdo con este autor, la adquisición de una competencia cultural eficaz es el resultado de un proceso de desarrollo de capacidad que no sigue un modelo lineal. Cada persona (sistema, institución, programa, etc.) progresa con un ritmo y trayectoria determinada, afrontando sus propios contratiempos y logrando mejoras específicas en cada una de las etapas

Además, los distintos ámbitos que abarca el logro competencial cultural (género, etnia, orientación sexual, etc.) suelen seguir patrones diferentes de logro (en tiempo e intensidad) en un sujeto dado. De esta forma, es frecuente encontrar personas (instituciones, sistema, etc.) que alcanzan una alta competencia cultural en relación a la perspectiva de género, por ejemplo, y se mantienen incapaces en otros contextos: interétnico, político, religioso, etc. Como proceso, y desde el ámbito de la intervención social, la competencia cultural profesional supone la continua mejora en el reconocimiento de las dimensiones culturales del trabajo (clínico, social, educativo, etc.). Ello incluye: (1) la aceptación de las diferencias intergrupales en la forma de ver el mundo, los problemas sociales, la salud, los efectos del racismo y la opresión, etc.; (2) la capacidad para tratar a las personas (usuarios, alumnos, pacientes, etc.) con flexibilidad y sensibilidad cultural; y (3) la capacidad para entender las propias ideas, predisposiciones y reacciones. En consecuencia, la competencia cultural implica las siguientes dimensiones (Campinha-Bacote, 1998; Sue, Arredondo y McDavis, 1992):
1) conciencia de las propias actitudes y creencias, 2) conocimiento acerca de las diferencias culturales entre los diversos grupos en que se manifiesta la diversidad humana, 3) habilidades para trabajar con esos grupos diversos, 4) la necesidad de una efectiva inter acción con los miembros de otros grupos en específicos encuentros culturales. Además de estas cuatro dimensiones, Manuel Francisco Martínez, Julia Martínez y Visitación Calzado Intervención Psicosocial, 2006, vol. 15 n.º 3 335 Figura 1. La competencia cultural como continuum (Hayes, 1991).

Campinha-Bacote (2002) cree que también es importante tener en cuenta el deseo cultural, es decir, el grado de la motivación de la persona (o del profesional) para comprometerse en el proceso de adquisición de conciencia, conocimientos y habilidades culturalmente adecuadas para trabajar con grupos humanos de diversos background cultural. De acuerdo con la autora, este deseo debe ser genuino y auténtico, fruto de una aspiración del profesional y no sólo de haber asumido la obligación de tener que implicarse en ese proceso de cambio. El conjunto de estos elementos se configuran en un modelo dinámico según el cual el proceso de adquisición de competencia cultural resulta de la intersección de todos ellos (Figura 2). 

De acuerdo con este modelo, y en relación con la atención a grupos minoritarios de distinto background cultural, una autoevalución de la competencia cultural de los profesionales de la intervención social supone contestar a preguntas claves como: (1) ¿Soy consciente de mis sesgos personales y prejuicios hacia grupos culturales diferentes del mío?; (2) ¿Tengo las habilidades necesarias para realizar una evaluación cultural y diseñar un plan de acción culturalmente sensible?; (3) ¿Tengo conocimientos significativos de los elementos más importantes de la cultural del usuario y de la diversidad humana en general?; (4) ¿Cuántos encuentros cara a cara he tenido con usuarios de distinto backgroud cultural?; y (5) ¿Cómo es de genuino mi deseo de querer ser culturalmente competente? La competencia cultural puede convertirse en el futuro en el constructor de mayor relieve para lograr una prestación de servicios sensible a la diversidad. Sin embargo, para alcanzar este objetivo debe tener un mayor desarrollo desde esta concepción comprensiva que acabamos de exponer hacia una verdadera y efectiva práctica. 

En este sentido, Sue (2006) ha planteado recientemente algunos interrogantes que representan un reto para profesionales e investigadores para los próximos años: (1) Si la competencia cultural implica conocimiento, ¿es posible conocer todas las culturas?, ¿Cuánto y qué conocimiento cultural es el necesario?; (2) ¿Existen diferentes competencias en función de los grupos minoritarios de referencia?, o ¿la competencia cultural reside en el individuo (profesional) independientemente de dichos grupos?; (3) Si la competencia cultural es un constructo multidimensional, ¿son todas sus dimensiones igual de importantes?. Para ayudar a contestar a estas preguntas en relación a la prestación de servicios, en los siguientes apartados se profundizará en los distintos componentes de la competencia cultural.

CONCIENCIA CULTURAL.

Como ocurre en cualquier persona, el profesional de la intervención social se ve influenciado en la conformación de su visión del mundo por su propio contexto cultural de pertenencia (Pedersen, 2000; Sue, Arredondo y McDavis, 1992). Por ello, tiene que aprender a reconocer que esa pertenencia a grupos (culturales) específicos puede conducirle a adoptar actitudes y/o creencias que tengan una influencia negativa sobre su manera de interactuar con individuos (usuarios, clientes, compañeros, etc.) que pertenecen a grupos culturalmente distintos (por nacionalidad, etnia, religión, género, etc.). Si en la prestación de servicios están implicadas la manera de percibir al usuario, sus problemas y la relación profesional que con él se establece (Sue, Ivey y Pedersen, 1996), la conciencia cultural será el proceso a través del cual el profesional llega a respetar, apreciar y ser sensible hacia los valores, creencias, estilos de vida, prácticas, estrategias para resolver problemas, etc. de la cultura del usuario.

Este proceso implica un continuo examen de los propios sesgos y prejuicios hacia otras culturas, así como una exploración en profundidad del propio background cultural. Sin ser consciente de los valores de nuestra propia cultura y sus implicaciones prácticas, corremos el riesgo practicar una imposición cultural (Leininger, 1978). En este sentido se ha señalado que en la psicoterapia tradicional subyacen una serie de conflictos relacionados con ciertos valores sostenidos por algunos grupos minoritarios (Nagayama-Hall, 2001). Así, por ejemplo, el tratamiento psicológico convencional tiende a promover los valores propios de la cultura individualista: autonomía individual, competitividad, límites nítidos entre el self y los otros, emociones ego centradas, asertividad, locus of control interno, etc.; por el contrario, algunos grupos socializan a sus miembros en los valores propios de la cultura colectivista: armonía con el grupo, cooperación, self interdependiente, conexión con los valores grupales; valoración del logro grupal, fomento de la equidad, etc. El problema puede surgir no tanto de la preferencia que tenga el profesional hacia ciertas personas, orientaciones sociales, modelos, valores etc., sino que evalúe como negativas otras preferencias y actúe en consecuencia.

Desde la Psicología Social se ha puesto de manifiesto que las percepciones que tenemos de los miembros de los otros grupos, y del mundo en general, se conforman y se estructuran a través del proceso psicológico de la categorización social (Tajfel y Turner, 1986, Fiske, 1998). A través de ella se asocian rasgos y comportamientos a grupos determinados siguiendo una serie de leyes o normas tales como: (1) Los individuos perciben más homogéneos a los miembros de su propio (endo) grupo y exageran las diferencias respecto de los miembros de los demás (exo) grupos; y (2) Esta distinción conlleva al mismo tiempo un cierto favoritismo hacia los miembros del endogrupo (sesgo endogrupal). Esta forma de proceder se hace de forma inconsciente y puede resultar problemática (y conducir al prejuicio, discriminación, exclusión, etc.) cuando un grupo tiene más poder que otro (profesionales vs usuarios, por ejemplo), o cuando los recursos que hay en un determinado contexto no están repartidos equitativamente (población autóctona vs inmigrante). Por ello, se debe aceptar que la interpretación que hace el profesional de algunas conductas de las personas (relacionadas con la salud/enfermedad, por ejemplo) pueda ser inconscientemente prejuiciosa y esté influenciada por estereotipos negativos, elementos constitutivos del proceso de categorización social.

La conciencia cultural debe ser un elemento crítico en el proceso de actualización formativa de los profesionales de los servicios sociales, de salud, educativos, etc. y les debe conducir desde el etnocentrismo a un etnorelativismo cultural, sin que esto signifique que han de ser aceptadas todas las prácticas culturales. Como ya se ha indicado, implica la adquisición de conocimientos (valores, creencias, patrones de conducta, etc.) acerca de sus propios entornos culturales (social vs político, oprimido vs privilegiado, etc.) que han influido sus actitudes, estereotipos, ideas preconcebidas, comportamiento, etc. Al tratarse de cuestiones especialmente delicadas, y en la que los profesionales pueden sentirse vulnerables, los procesos de aprendizaje en este área deben hacerse en un clima abierto, positivo y de total confianza.

En la literatura especializada se han descrito diversas estrategias para amortiguar (y/o reducir) el sesgo endogrupal y mejorar de esta forma las relaciones intergrupales. Una de ellas se refiere a la adopción de una perspectiva daltónica alnteraccionar con personas de otra etnia, género, etc. minimizando las diferencias (políticas, étnicas, etc.) y poniendo el énfasis en los aspectos universales del comportamiento (APA, 2003). De esta forma se puede disminuir la desigualdad al minimizar el pensamiento categórico, el uso de estereotipos, la preferencia por el endogrupo, etc. Sin embargo, los datos de la investigación en el área no son del todo concluyentes y el ignorar las diferencias integrupales puede conducir, como efecto no deseado, a un status quo en el que no necesariamente se produce un tratamiento equitativo entre grupo mayoritario y minoritario (Schofield, 1986; Wolsko, Park, Judd y Wittenbrink, 2000).

Siguiendo las recomendaciones de la American Psychological Association, para reducir los estereotipos y prejuicios de los profesionales de la intervención social (APA,2003), se pueden utilizar las siguientes estrategias: (1) mejorar el conocimiento de las propias creencias, valores, actitudes etc.; (2) esforzarse y ejercitarse para cambiar las percepciones automáticas positivas para el endogrupo y negativas para el exogrupo; (3) percibir a las personas como individuos y no como miembros de un grupo; (4) cambiar la percepción de nosotros vs ellos por la de nosotros; y (5) recategorizar a los miembros del exogrupo como miembros del endogrupo. Estos modelos son útiles sólo cuando el profesional se esfuerza por ser más abierto y trabaja para mejorar la comunicación interpersonal.


Fuente: www.nami.org

domingo, 18 de octubre de 2015

EL ENFOQUE FUNCIONAL Y COMUNICATIVO



LAS COMPETENCIAS COMUNICATIVAS

Constituye  la base de un desarrollo personal, cultural, intelectual y científico adecuado, se ha planteado la necesidad  de abordar la enseñanza de la lengua como vehículo pedagógico  y comunicativo .En este marco, el lenguaje debe ser algo vivo al servicio de las vidas de las personas y su aprendizaje  realizarse en contextos funcionales, en situaciones de interacción con auténticos y variados materiales.

Por otra parte, desde hace varios años, es sabido que si bien la escuela debe enseñar conceptos sus tareas fundamentales radica en proveer procedimientos  para su aprendizaje, para el saber, para el saber hacer, para el saber ser, Ello supone el desarrollo de las llamadas “basic skills” es decir competencia básica.

¿Qué son las competencias básicas? 

Las competencias incluyen un saber hacer con saber y con conciencia de lo que estoy haciendo  .Entre estas competencias básicas se encuentran la competencia comunicativa que supone mucho más que saber leer y escribir .La misma incluye un conjunto de capacidades de cada individuo que se modifican permanentemente  y se relacionan con: qué decir, cuando decirlo,    quien decirlo, donde  lo, y también cuando callarse y cuando oír (Lyons:1978).Como afirma Bourdieu (1981), esta competencia  se relaciona con la posibilidad  de producir frases oportunas y con un propósito definido. Esta idea de competencia comunicativa se enmarca en la noción de competencia comunicativa introducida por, Dell Hymes (1972) ,quien se  refiere a la habilidad de los hablantes nativos para usar los recursos de su lengua de modo no solo lingüísticamente correcto, sino también, socialmente apropiado  . La noción de competencia comunicativa.

 Trasciende así el concepto chosquiano de competencia lingüística, entendida como la capacidad del oyente/hablante ideal para reconocer y producir una infinita cantidad de enunciados a partir de un numero finito de unidades y reglas en una comunidad lingüística homogénea (Chosky,1965),para pasar a concebir   como parte de la competencia cultural es decir, ,como el dominio y la posición  de los procedimientos ,normas y estrategias que hacen posible la emisión de enunciados adecuados a las intenciones y situaciones  comunicativas que los interlocutores viven y protagonizan en el contexto diversos.

La competencia comunicativa se manifiesta tanto en la oralidad  como en la escritura cuyas características difieren entre sí. La primera no comparte los mismos principios de la corrección escrita. Por ejemplo, mientras el enunciados incompleto es una características de la lengua oral que no puede ser considerado como error porque se sustenta en presupuesto compartidos por los interlocutores; sí es exigible en ella la adecuación al contexto, la selección adecuada del registro, la capacidad   de negociación y de cooperación entre los hablantes.

Teniendo en cuenta estos conceptos de competencia comunicativa, el objetivo primordial de la enseñanza de la lengua en la escuela debe ser proporcionado a los estudiantes la información, la práctica y la experiencia  necesarias para comunicarse eficazmente en su lengua materna tanto en forma oral como en forma escrita. Esto supone un enfoque comunicativo funcional que incluye el uso del conocimiento adquirido en situaciones reales de comunicación. 

Desde el enfoque funcional y comunicativo, los usos sociales de la lengua, se concretan en cuatros habilidades: escuchar, hablar, leer y escribir; contextualizados en una gran variedad de géneros discursivos .orales y escritos como: exposiciones académicos,  debates, informes, entrevistas, reseñas, asambleas, cartas, narraciones, autobiografías, reglamentos etc.

Lomas, Osor y Tussón (1992) desde considerar que la finalidad básica de la enseñanza lingüística supone como referencia principal el concepto de competencia comunicativa , del estudiante, entendida como el conjunto de procesos y conocimientos lingüísticos, sociolingüísticos estratégicos  y discursivos que se ponen en juego para producir o comprender discursos adecuados a la situación ,al contexto de comunicación y al grado de formalización requerido ,señala ,que “ la finalidad principal de la enseñanza de la lengua materna sería el desarrollo de las capacidades comprensivas ,expresivas y Meta comunicativas  del estudiante”. Es decir ofrecer a los estudiantes los recursos de expresión y comprensión, y de reflexión sobre los usos lingüísticos  y comunicativos, que le permitan una utilización adecuada de los diversos códigos lingüísticos y no lingüísticos  disponibles en situaciones y contextos orales y escritas.”

De lo encunado anteriormente, se desprende que es función de la escuela orientar a la mejora del uso del lenguaje como herramienta  de comunicación  y de representación y a contribuir desde el aula al dominio de las destrezas comunicativas más habituales (escuchar, hablar, leer y escribir) en la vida de las personas, en esta caso de los y las estudiantes de todos los niveles de Educación Básica Regular    como por ejemplo: Intervenir en un debata, escribir un informe, resumir  un texto, entender lo que se lee, expresar de forma adecuada las ideas, sentimiento o fantasía ,disfrutar de la lectura, saber cómo se construye  una  noticia, conversar de manera apropiada, descubrir el universo ético que connota un anuncio o conocer los modos discursivos que hacen posible la manipulación informativa en televisión :son algunas de las habilidades expresivas y comprensivas que es necesario aprender en nuestras sociedades si deseamos participar de una manera eficaz  y critica en los intercambios  verbales  y no verbales que caracterizan  la comunicación humana.

En este contexto, el desarrollo de la competencia comunicativa debe formar parte del proyecto curricular de la lengua de la escuela lo que implica no sólo plantear algunas líneas de acción en relación con el abordaje de la mencionada competencia sino entender que el uso de la lengua en el escenario comunicativo del aula es un pilar esencial a la hora de adquirir diferentes aprendizajes y, por tanto, la organización  de clase  necesita favorecer el intercambio entre todos sus actores :docente y estudiante. En todo caso, es fundamental  que cada institución Educativa realice un proyecto lingüístico propio que considere el desarrollo de la competencia comunicativa de los y las estudiantes y que, además, se sustente en  un consenso metodológico en el que se intervengan todos los docentes de manera colegiada, para asegurar que en los diferentes grados se consideren la comprensión y producción  de variadas apologías textuales y el desarrollo de las capacidades de expresión y producción  ,dicho de otro modo , el desarrollo de habilidades textuales estratégicas y lingüísticas.


El proyecto curricular de la lengua tiene ,también ,que ofrecer respuestas  educativas educadas a las necesidades de los estudiantes y las características del contexto  socio cultural en el que se inserta la escuela a partir de la programación curricular anual y la planificación curricular anual  ,elaborados en  base decisiones pedagógicas que deberán contemplar  no solo las actividades  del docente y el aprendizaje de los estudiantes ,sino, también,    tomar en cuenta en qué momento ,de qué manera, con qué objetivo,  con que contenidos, con qué materiales didácticos se va a organizar el escenario comunicativo del aula ,y sobre todo qué ,cómo y cuándo evaluar a lo largo del año o del ciclo escolar.

domingo, 2 de agosto de 2015

LA EVOLUCIÓN DEL CEREBRO







Según Blakemore el cerebro del adolescente le lleva a realizar actividades impulsivas ya que dispone de una corteza prefrontal inmadura que no es capaz de planificar ni frenar este tipo de acciones. El adolescente por tanto no utiliza a plena capacidad la parte del cerebro que se encarga de considerar los sentimientos de otras personas. Sin embargo, la madurez, como la inteligencia, pueden variar mucho de un individuo a otro y eso hace que a veces una persona más joven tenga un comportamiento más maduro que otra de mayor edad. Nuestras experiencias, nuestra inteligencia, nuestra condición sexual y la manera como nuestros padres nos criaron contribuyen en la forma en que se configura nuestro carácter y desarrollo emocional. Para disponer de esa madurez emocional es imprescindible que nuestro neocortex cerebral tenga un adecuado grado de desarrollo. Los últimos hallazgos podrían explicar por qué algunos adultos a veces actúan como adolescentes, sufriendo rabietas o cambios de ánimo bruscos cuando no logran salirse con la suya.

Esta situación puede notarse en las decisiones de líderes políticos que actúan y toman decisiones sin considerar las consecuencias hacia terceros. Esto ha producido que la sociedad se dirija hacia un objetivo egoísta a nivel mundial. Lo que ha llevado a políticas económicas contraproducentes que han desmoronado el Estado. Otro factor es la inestabilidad ecológica en que estamos sumidos, lo que demanda decisiones a favor de la naturaleza para sobrevivir como civilización.

No todos los cerebros siguen el mismo ritmo de evolución de cara a su madurez. Estudios paralelos a los de Blakemore realizados por Jay Giedd, psiquiatra estadounidense, parecen confirmar el hecho de que las mujeres alcancen antes la madurez cerebral que los hombres. Aunque aún no están claros los factores que determinan este fenómeno.

Otro factor es la falta de valores y moral en la sociedad, lo que afecta la desintegración familiar y la carencia afectiva, que según Jay Giedd no favorece a la maduración o desarrollo adecuado de la corteza prefrontal.

Según todas estas evidencias que nos ofrece la neurociencia confirman por tanto que nuestro cerebro continúa desarrollándose después de la infancia y pubertad, y no está 100% "hecho" hasta que uno supera ampliamente los 40 años. Mi teoría considera que el cerebro humano puede desarrollarse hasta la muerte a través de la propiciación de factores que influyen en la evolución de la inteligencia.


Lo que demuestra, que la capacidad cerebral o capacidad de inteligencia evoluciona y tiene la particularidad que sus esquemas mentales se adapten y sean aplicables de millones de maneras desde que ha existido el ser humano es:
Hace más de 200,000 años el ser humano al principio y por mucho tiempo vivió en pequeños grupos nómadas por toda la tierra, cazando animales y recolectando plantas. En los libros de historia se registran expresiones como las siguientes: "Por razones no comprensibles", "nadie sabe a ciencia cierta por qué", "no se sabe con seguridad". Estas expresiones son utilizadas cuando desean explicar; que de repente el ser humano después de ser nómada marcó uno de los cambios más importantes en la historia de la humanidad al decidir tener una misma forma de vida, al producir sus alimentos, agruparse en una comunidad, identificarse, tener las mismas costumbres, ideas, ciencias, lenguajes, inventos y herramientas.

También se registran las mismas expresiones cuando no se explican por qué el ser humano empezó a expresarse artísticamente pintando cavernas, esculpiendo piedras, etc. Hasta logar las expresiones artísticas de nuestro tiempo.

Lo que sucedió fue que la función evolutiva del cerebro propició el mejoramiento de las estructuras mentales de la capacidad de inteligencia y evolucionaron llegando al entendimiento de realizar acciones para propiciar una mejor forma de vida a través de formar la primera sociedad que se conoce. Los clanes que existieron en el mundo eran familias nómadas y comenzaron a adaptarse, casi al mismo tiempo, para convivir y formar las primeras naciones. La evolución de las estructuras mentales también se dio físicamente en el neocórtex (corteza cerebral).

La adaptabilidad de las estructuras mentales que analizó J. Piajet en los niños hasta convertirse en adultos, también ha sucedido durante el desarrollo del ser humano durante su historia.

La evolución del cerebro ha ido de acuerdo con la evolución de las civilizaciones. El cerebro seguirá evolucionando hasta que la civilización desaparezca, la inteligencia tiene la capacidad de automoldearse según las necesidades de su entorno. Lo que diferencia al hombre del animal es la capacidad de la inteligencia de poseer discernimiento que se fundamenta en el entendimiento o conciencia.

Este desarrollo evolutivo marca la historia también de la comunicación entre los hombres, primero de forma oral, después escrita y muestra la evolución de la inteligencia humana.

La primera forma de inteligencia humana fue evolucionando en su capacidad otorgando a la civilización la noción del entendimiento para una mejor convivencia y fácil supervivencia. Así se formaron las primeras comunidades, se dividieron los roles, las labores y en conclusión la sociedad hasta nuestros días.

Al empezar a dividirse la sociedad se originaron los productores y al desear producir efectivamente nació la tecnología para contribuir a un mejor resultado de su trabajo. Esto indica claramente que la capacidad de inteligencia evoluciona conforme el hombre actualiza y modifica su pensamiento de acuerdo a lo aprendido con anterioridad y las necesidades de su entorno.

Comprueba que la inteligencia es una y va evolucionando conforme el hombre progresa y contribuye a una vida más cómoda y placentera, resuelve los problemas que encuentra y convive generación tras generación.

Dependiendo de las necesidades del ser humano así ha sido la evolución de la inteligencia, a eso se debe que la inteligencia no se divida en modalidades sino que en aplicaciones, las cuales no podrían enumerarse porque han ido evolucionando con la historia de la civilización.

La capacidad de evolucionar es igual en todos los seres humanos.  La evolución del neocortex nunca se detiene. Si el ser humano se enriquece espiritualmente a través de la oración y la meditación lograría agudizar los sentidos y mejorar las estructuras cerebrales. Esta teoría puede ser comprobada a través de la resonancia magnética realizando un estudio en el neocortex en personas que oren y mediten. Así como en personas mayores de 40 años.

El contenido de la capacidad de aplicación de la inteligencia depende del enriquecimiento cognoscitivo externo e interno del individuo. También depende del pensamiento lógico, madurez emocional, espiritualidad y valores.

El ser humano desde que nace aplica la inteligencia, pueden existir millones de formas de aplicación de la inteligencia hasta que morimos. La inteligencia depende de otras funciones del cuerpo humano que se conjugan para integrar su capacidad: biológicas, psicológicas y sociales.

Biológicas: Si la alimentación es balanceada o precaria, una mala alimentación produce una inteligencia débil y lenta en su funcionamiento. Taras hereditarias o accidentales también afectan.
Psicológicas: Si la crianza infantil y su vida adulta han sufrido vivencias traumáticas la capacidad de inteligencia será afectada en su aplicación.
Sociales: Que sus necesidades sean satisfechas por la sociedad.

La capacidad de la inteligencia se nutre y evoluciona a través de diferentes factores como: edad, cultura, época, oportunidades, raza, credo, ideología, rango social, sexo, agudeza de los sentidos. Todo lo anterior influye en el proceso de pensamiento y en la evolución de conceptos de la inteligencia.


·         1) Enriquecimiento o perfeccionamiento de los sentidos: el enriquecimiento o perfeccionamiento de los sentidos provoca la inteligencia intuitiva, desarrollo de capacidades del aparato sensorial y el desarrollo de los hemisferios del cerebro.
·         2) Enriquecimiento Espiritual: Otorga a la capacidad de inteligencia sabiduría, visión clara, discernimiento, positivismo, evolución de los sentidos, nuevas teorías y descubrimientos, mayor capacidad de inteligencia, visión espiritual. (ver teorías del espíritu y evolución de los sentidos).
·         3) Disposición: La disposición de un individuo para mejorar su capacidad de inteligencia y su utilización es un factor primordial para una evolución positiva. Además hace que su capacidad de inteligencia actúe con creatividad e inventiva.
·         4) Conocimiento Pedagógico: Contribuye a mejorar la capacidad de la inteligencia. Dependiendo del proceso de capacitación pasado de aprendizaje, del aprendizaje actual y oportunidades del entorno.
·         5) Estrategias de Aprendizaje: La metacognición se refiere al conocimiento, concientización, control y naturaleza de los procesos de aprendizaje.
·         6) Intereses: El desarrollo de la inteligencia depende también de los intereses del individuo. No se puede dividir la inteligencia en capacidades como lo hace Gardner. Por ejemplo: un decorador se encasilla en "inteligencia espacial". Este decorador cuando aplica su inteligencia aplica miles de formas de su capacidad de inteligencia. No es una inteligencia diferente a otra inteligencia es cuestión de intereses. Otro ejemplo: si alguien sin educación necesita dinero podría desarrollarse en los negocios porque tiene un interés, una necesidad, el cerebro evolucionará conforme las necesidades del individuo. Otro ejemplo: si para alguien, su principal interés es la espiritualidad, enfocará su capacidad de inteligencia a su prioridad que es su alma y su espíritu.

En todos los factores que influyen en el desarrollo de la inteligencia, es importante incluir la necesidad de definir nuestros intereses y objetivos a largo y mediano plazo. Lo importante de la capacidad de inteligencia es aplicarla de una forma positiva a nuestros intereses; Llegar a conocer los objetivos que se desean alcanzar en la vida con el esfuerzo mental, estrategias para conseguir los objetivos planteados y buscar las experiencias de aprendizaje adecuadas.
La utilización de las inteligencias múltiples, inteligencia emocional y otras teorías sobre este tema han contribuido enormemente a desarrollar experiencias de aprendizaje adecuadas que ayudan a la evolución positiva de la capacidad de la inteligencia.


El proceso de pensar: El cerebro capta la realidad objetiva por medio de nuestros cinco sentidos. Existe el sujeto (persona), el objeto (estímulo), el pensar (los sentidos), pensamiento (el sentido del acto de pensar). El acto de pensar y el pensamiento es lo que denominan "metacognición". La metacognición es la que alimenta la capacidad de la inteligencia. Desde que nacemos somos instruidos en la educación espontánea como en la formal. Nuestra memoria, percepción, atención y comprensión sufren transformaciones.

La capacidad de la inteligencia se va enriqueciendo por los estímulos internos y externos. Así vamos aplicando, regulando y controlando todos los datos y estímulos que forman la capacidad de inteligencia de cada individuo.

Desde que nacemos recibimos toda la información del sistema nervioso proveniente del exterior y se adquiere de los órganos sensoriales. En el ser humano la percepción sensorial está siempre asociada a un proceso cognoscitivo.

La percepción es una función del cerebro y depende de las experiencias desde el nacimiento del individuo. El estímulo puede ser siempre igual, pero la capacidad de inteligencia es dinámica porque constantemente recibe información.

Podríamos definir el proceso de funcionamiento de la capacidad de inteligencia como:
Dato – sentido – información – conocimiento – decisión – acción – existencia social.

El origen del conocimiento es el que va formando la capacidad de inteligencia. Desde la prehistoria humana hemos obtenido información y esta ha contribuido con el proceso evolutivo del hombre. Hemos recopilado, almacenado y transmitido información que ha sido el vehículo del conocimiento. La información se transforma en conocimiento a través de un proceso humano de construcción en el que se adquiere, selecciona, actualiza y utiliza la información para aplicar la inteligencia y obtener lo que deseamos.

Nuestro proceso de pensamiento recaba información, la selecciona, la ordena, maneja y utiliza. Existen factores que influyen negativamente en la calidad de información que se procesa como son: la fatiga, la tensión, la tendencia a equivocarse, el tiempo de aprendizaje y otros.

El proceso de la construcción del conocimiento de la capacidad de inteligencia es fundamental para su nivel. El aprendizaje significativo provoca adquirir un conocimiento útil para que nuestra inteligencia pueda cambiar la realidad creativamente.

Gestión del conocimiento: Es la combinación de sinergias entre datos, información, sistemas de información y capacidad creativa e innovadora de los seres humanos. Las habilidades cognoscitivas de percepción, razonamiento y juicio del sentido común para un adecuado procesamiento de la información.

La percepción, la atención, comprensión, el pensamiento, la representación del conocimiento, la memoria, la resolución de problemas a partir del proceso de información es la corriente central del pensamiento.

Mientras más se analice y se enriquezca la oportunidad de mejorar la transformación de la noción del aprendizaje mejor se construye el conocimiento.


La teoría sobre la evolución de la inteligencia presenta tres estadios o etapas de la inteligencia y pensamiento humano que se mantienen en constante evolución hasta que la civilización desaparezca. Son estadios que se presentan fijos en cada individuo y que se mantienen en constante evolución:

La razón del ser individual: El ser humano es un ser individual pero también social. Su razón de ser individual lo hace, por su mentalidad evolutiva, un ser adaptable a las condiciones de su entorno. Así como las estructuras mentales se adaptan, así la razón de ser va evolucionando. Es necesario para evolucionar que el yo se convierta en tú, y busquemos el bien común social. Así la razón del ser individual se convertirá en solidaridad y en buena voluntad.

La evolución del ser social: Esta teoría, demuestra que el ser humano va evolucionando conforme tiene que ir ordenándose como civilización. Desde que el ser humano decidió dejar de ser nómada y organizarse se manifestó uno de los cambios más importantes de la humanidad. Así se irán dando cambios sociales y políticos hasta que la civilización desaparezca. Porque no se puede detener la evolución del mejoramiento de las estructuras mentales de la capacidad de la inteligencia. Es así que, estamos entrando en un nuevo ordenamiento mundial.

La evolución del ser trascendental:
Dios creo al ser humano con la capacidad mental de evolucionar para que trascienda en su espiritualidad, en sus valores y moralidad. Lo cual contribuye a su evolución cerebral y por ende mental. A través de la ayuda de Dios podemos seguir evolucionando para que tanto la razón y la ciencias ayuden a la sociedad. El Espíritu de Dios es una persona o energía que contribuye a la evolución del cerebro al proporcionarle dones y carismas para auto ayudarse y lograr un mejor desarrollo social, físico y psicológico. No se puede disociar el espíritu, la conciencia, el cerebro y la voluntad, espíritu + conciencia + voluntad = espíritu trascendente

El ser humano evoluciona en su capacidad de inteligencia para perfeccionarse. Siempre estamos en un reordenamiento de pensamientos, reconstrucción y construcción mental. Nuestras habilidades de pensamiento hacen que nuestras estructuras se transformen evolucionando la vinculación con nuestros conocimientos y oportunidades de desarrollar nuestras capacidades originándoles utilidades positivas para obtener una aplicación exitosa.

La transformación de la capacidad de inteligencia por su proceso natural evolutivo puede perfeccionarse cada día más si tomamos en cuenta los factores que influyen en la evolución de la inteligencia.

La evolución de la inteligencia y la sociedad humana.

En las enciclopedias se registra que las funciones de la corteza cerebral son las que lo han ayudado a "enfrentarse a las situaciones de la vida de una manera pre racional, intuitiva, labrada por el ambiente en las estructuras neuronales a lo largo de millones de años".

La sociedad humana se ha ido desarrollando a través de la evolución de la inteligencia humana. Esto indica que no convivimos en una sociedad establecida sino que la sociedad humana va adquiriendo nuevas formas de gobernar y de organización. Esto nos llevará a nuevas formas de gobierno y ordenamientos. Los estudiosos definen a una "sociedad como un sistema cuyos miembros son sistemas inteligentes".  Y como tal tiene las propiedades del sistema inteligente, como lo son un objetivo, las acciones y las costumbres. Estas propiedades se van modificando y estructurando conforme la inteligencia evoluciona. Ésta es la razón del por qué una sociedad necesita tener un buen sistema para que sus miembros puedan transmitir su conocimiento a la próxima generación. 

Una nueva sociedad inteligente.

La filosofía de la luz nace como una nueva forma de conformar la sociedad: Según mi teoría el ser humano se prepara para organizarse en nuevo ordenamiento mundial como sociedad. Nuevas Repúblicas, un nuevo ordenamiento mundial, una nueva democracia, todo con el objetivo de formar una nueva sociedad digna para el hombre.

Vemos en la actualidad a nivel mundial la crisis a la que se está enfrentando el Estado. Esta crisis solamente anuncia la urgencia de que el ser humano utilice su inteligencia y sus estructuras mentales se adapten y evolucionen hacia un cambio social. Todo es producto de un cambio psicológico, físico y social de la humanidad. Todo proceso social genera crisis pero si utilizamos nuestra inteligencia evolutiva como sociedad lograremos triunfar como civilización. Todo se basa en la solidaridad, entendimiento y diálogo. Si somos seres inteligentes lograremos hacer valer el derecho individual y promulgar y hacer valer también el derecho colectivo.
Por medio de un examen de ADN, se puede comprobar que el hombre es diferente a los animales, pero lo hermoso del cerebro y de su capacidad es que nos demuestra que somos una especie especial, amada por Dios, llenos de privilegios, como es la evolución de la inteligencia…

El espíritu humano y la evolución de la inteligencia.

La teoría sobre la evolución de la inteligencia asegura que la evolución de la especie humana también depende del desarrollo del cerebro a través del enriquecimiento espiritual. Espíritu y cerebro tienen que trabajar juntos para evolucionar.

Como la conciencia está en el cerebro, al enriquecer nuestro espíritu alcanzamos dones como el discernimiento y la sabiduría. La evolución de la humanidad depende de lo físico y espiritual unidos. En algunos libros de meditación dibujan el cerebro y ciertos puntos que hay que iluminar o limpiar al meditar para poder tener sensibilidad sensorial y mejorar la percepción.

Nuestro cerebro tiene capacidades increíbles, la evolución del cerebro humano depende de la evolución del espíritu. Al meditar nos llenamos de energía y logramos una mayor conciencia sensorial que acentúa los sentidos. Mi teoría del espíritu es: "Es posible que a través del enriquecimiento del espíritu (meditación espiritual, oración y otros) se logre agudizar los sentidos de manera tal que podría lograrse la sanación de los que estén atrofiados. Además el cerebro evoluciona porque se enriquece multilateralmente y esto lleva a alcanzar una mayor inteligencia y a desarrollar capacidades extrasensoriales". El enriquecimiento del espíritu puede también definirse como llamar al Espíritu Santo.

Hemos visto cómo una persona que carece de un sentido, logra agudizar sus otros sentidos para sobrevivir, esto indica que los sentidos pueden perfeccionarse y evolucionar si nuestro cerebro lo demanda.

Existe un campo energético que rodea nuestro cuerpo físico. Dicha energía se canaliza por el enriquecimiento espiritual (meditación) y trae consigo "electricidad". El cerebro es el centro nervioso, de donde depende la actividad consciente, la sensibilidad y la inteligencia, como el mecanismo del impulso nervioso es de tipo eléctrico, al fortalecer nuestro espíritu se adquiere "energía" la cual fortalece el sistema nervioso. De allí que a través de la meditación logremos evolucionar en nuestra inteligencia (cerebro). Además como el sistema nervioso controla todos los órganos del cuerpo y los sentidos, estos también evolucionan.

Igualmente la conciencia nos hace equilibrarnos y mantenernos en busca de la perfección espiritual. La conciencia podríamos decir funge como un filtro del espíritu.

Resumo mi teoría de la siguiente manera: La conciencia es la que tiene el libre albedrío y controla la voluntad. Es el timón de nuestro cuerpo enriquecido por el espíritu de Dios o campo energético del universo, todos los mecanismos neuronales funcionan dependiendo de la conciencia en un mecanismo cerebral que refleja sus creencias y convencimientos. No se puede disociar el espíritu, la conciencia, el cerebro y la voluntad.

Podría asegurar que si la civilización pusiera mayor importancia al enriquecimiento espiritual, lograríamos ser mejores seres humanos y alcanzaríamos grandes avances como sociedad.
Veamos un ejemplo: El famoso evolucionista Charles Darwin, escribió en su autobiografía "Recuerdos de la evolución de mi espíritu y de mi carácter", que su esposa se preocupaba por sus teorías porque también cambiaban sus creencias religiosas, lo que a él no le preocupaba. Lo que verdaderamente le preocupaba era la pérdida de sus aficiones artísticas, y se preguntaba; "¿Cuál será la causa de que la parte de las musas de nuestra vida interior vaya desapareciendo con la edad hasta quedar destruida?". Describe que se había vuelto indiferente y no disfrutaba del arte como antes, creía que se debía a la unilateralidad de su actividad científica: "Mi espíritu parece haberse vuelto una especie de máquina que sólo sirve para extraer leyes generales de grandes acopios de hechos."

Creía que por su actividad científica se le había atrofiado el cerebro, justamente sentía una deformación de aquellas partes de las que dependía la recepción de impulsos artísticos. Creía que las sensaciones superiores del gusto están condenadas a la muerte, a la extinción, que se atrofian cuando no se las cuida. Por eso llega a la conclusión: "Y si tuviera que vivir otra vez mi vida me fijaría como norma el leer al menos una vez a la semana algo de poesía y escuchar música". Si lo hubiera hecho, pensaba, "no se me habría producido la deformación del cerebro".

De esta atrofia la consecuencia de la unilateralidad del pensar dependen las demás facultades superiores del espíritu cuya degeneración Darwin lamenta profundamente: "La pérdida de la receptividad para estas cosas es también una pérdida de felicidad y posiblemente será perniciosa para el intelecto o más todavía para el carácter moral, dado que debilita la parte excitable de nuestra naturaleza"
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De esta manera el fundador del darwinismo comunica el resultado de su auto observación, según la cual la unilateralidad del pensar actúa negativamente en el desarrollo de las facultades espirituales, o como le llamó; "sensaciones superiores del gusto".

Su tesis, se define así: "La forma de pensar de un individuo o de toda una época influye sobre la evolución ontogenética o filogenética de la Humanidad. Por ello es importante para la ulterior evolución de la Humanidad el que el hombre reflexione sobre sí mismo no de una forma unilateral, sino incluyendo todas las facultades anímicas e intelectuales. El pensar del hombre sobre sí mismo es para el futuro de los hombres un factor decisivo de su evolución". Esta aseveración de la tesis de Darwin justifica mi preocupación por la investigación de la evolución espiritual. Además afirma que mis teorías del espíritu y el cerebro humano son indispensables para una perfección evolutiva del hombre. El proceso evolutivo no solamente debe permitirse ser natural sino espiritual.


Nota:  leer ,analizar y  plantear sus propias conclusiones y contrastar con otras teorías .

:http://www.monografias.com/trabajos91/teoria-evolucion-inteligencia/teoria-evolucion-inteligencia.shtml#teoriadela#ixzz3hddrlL1R