El cambio es parte de la creación; creció poco a poco y tiene momentos
en que se acelera dependiendo de qué aspecto trate. Actualmente el cambio es
acelerado, vertiginoso y profundo, se da por ejemplo, en la tecnología, sin
embargo va dejando atrás otros cambios necesarios como en el de los valores.
Todo cambia.
Esta artículo tiene por objetivo objetivo promover
una reflexión en relación al efecto de los cambios en las personas dentro de
una organización a fin de proporcionar un marco que mejore su adaptación a los
cambios que operan en esta.
El cambio está presente en todo momento y lugar
exigiendo una actitud de las personas al respecto, ya que el cambio no
admite que la persona se quede observando y deje que las cosas sucedan sin
hacer nada. Esto podría acarrear inseguridad en cuanto al propio futuro, si se
tiene en cuenta que algunos cambios vienen como un huracán y no piden permiso
para entrar, provocando una rápida inestabilidad si no se está preparado para
ello. La alternativa, muchas veces, es saber lidiar con lo ocurrido intentando
sacar el mejor provecho posible de la situación, es decir, adaptarse.
Las personas que se comprometen con el cambio
estarán preparados para lo que fuere a pasar, ya que cuanto más conscientes
son, más capaces serán en su vida personal y profesional. Por el contrario,
cuando el cambio no es percibido, no hay forma de saber cómo actuar; a
razón de que lo nuevo no es algo definido, por lo cual las personas se aferran
a lo conocido como una forma de defenderse de lo desconocido y,
consecuentemente niegan lo nuevo, crean una barrera a todo lo que signifique
nuevo; de allí que en esto tengan mucha relación con los valores, las creencias
y los comportamientos; ya que dependerá de la actitud que adopte la persona
ante las circunstancias.
De esta manera, se puede afirmar que la cantidad de
fuerzas internas y externas que actúan en cada uno de nosotros nos ayudarán a
enfrentar los cambios, o por el contrario, dificultarán nuestros esfuerzos
obligándonos a luchar contra ellos; es allí donde entran en juego nuestras
capacidades adaptativas.
Los cambios en el contexto hacen caducar los
objetivos y las estrategias pulverizan ideas consideradas excelentes en su
momento y las superan convirtiéndolas en obsoletas; asimismo, provocan rápidas y
profundas alteraciones en las competencias personales que requiere la demanda
laboral, por las nuevas maneras de crear y producir bienes y servicios, lo
que determina modificaciones en el perfil profesional de las personas.
Los centros de trabajo están sujetos a factores
externos, por lo tanto, se encuentran sujetos a cambios; tales cambios tienen
impacto en las personas. Es decir, se producen nuevas regulaciones, cambios en
el mercado, distintas tecnologías, mejores sistemas de trabajo que repercuten
en los planes organizacionales provocando alteraciones en los requisitos de los
cargos y en el perfil de los profesionales requeridos: educación, conocimientos,
habilidades y experiencia, lo cual amenaza los derechos adquiridos por las
personas en sus empleos y un trastorno para las metodologías de trabajo. Esto,
a su vez, provoca cambios en las personas, en sus expectativas, actitudes
y comportamientos, es decir, en su cultura y también en la cultura de la
organización a la que pertenecen; acarreando con ello que el sistema las
expulse, o en el mejor de los casos, las margine, si no se ajustan a lo
“nuevo”. Por ello la mejora de la capacidad adaptativa es crucial para que las
personas no sean arrastradas por la ola del cambio y sucumban en su devenir
laboral y social.
A lo largo de la historia las organizaciones
humanas han pasado por la era de la agricultura, la era artesanal, la era
industrial y la actual era de la información (Tofler, 1990, La Tercera Ola).
Todo este devenir histórico ha significado grandes cambios en las sociedades y
por ende en las personas.
La era de la información, en la que estamos
aprendiendo a vivir, nos obliga a ajustarnos a ella, ya que está generando
ingentes cambios en las organizaciones: estructurales (nuevo diseño estructural
y de planeamiento) físicos (nueva infraestructura física y equipamientos);
lógicos (nuevos marcos de trabajo); y sobre todo, culturales y conductuales
(nuevos paradigmas, conocimientos, tareas y actividades y relaciones
interpersonales).
Ante esto último, el liderazgo solo funciona si
cuenta con la ayuda de todos los involucrados como un camino abierto a nuevas
oportunidades. Por supuesto que las organizaciones abiertas al cambio, mejoran
en forma continua su capacidad adaptativa por lo que requiere contar con
personas que sean verdaderos agentes de cambio con la actitud para ser líderes
desde su puesto de trabajo con un desempeño orientado al cambio, referido a:
- Nuevos objetivos, estrategias planes y acciones.
- Re ingeniería estructural
- Rediseño tecnológico
- Re diseño cultural.
La cultura determina la forma cómo las personas interactúan
socialmente dependiendo de las normas de conducta y los valores. En tal
sentido, la mejora de las variables relacionadas con el cambio adaptativo
tendrán que ver con la mejora de la cultura de la persona dentro de los
contextos sociales en la que está inmerso y en la proporción que caracteriza al
tipo de organización.
Para el tipo de organización innovadora caracterizada por tener su
fuerza motora y valores de: anticipación, creatividad, colaboración,
flexibilidad y sentido, las variables a tener en cuenta para mejorar la
capacidad adaptativa personal son como sigue:
- Responsabilidad compartida: Cuando
la persona tiene un sentido de pertenencia, puede trabajar con otros
construyendo la visión y por lo tanto, será capaz de enfrentar desafíos en
forma colaborativa, de esta manera se fortalecerá el bien común generando
un espíritu de pertenencia y unión. Lo contrarío aparece cuando “cada uno
va para su santo” con un afán partidarista y politiquero, culpándose unos
a otros de los errores. Un ambiente democrático y de unión es más propicio
para enfrentar los problemas del cambio.
- Apertura a la discrepancia: Las
personas somos diferentes entre sí y por lo tanto pensamos diferente; de
allí que podemos enfrentar dichas diferencias o guardarlas debajo de la
mesa y recién sacarlas a relucir en las reuniones de café, en los pasillos
o simplemente, podemos ignorarlas. La sensibilidad para percibir los
problemas que genera el cambio se incrementa a medida que se escucha
opiniones divergentes lo que se da cuando en el contexto social se valora
la franqueza, la discrepancia y la diversidad.
- Aprendizaje: La
solución a los problemas que genera el cambio es un proceso de adaptación
donde se va aprendiendo en relación al efecto de las alternativas puestas
a prueba; este proceso es conocido como aprendizaje. Se aprende no sólo de
los errores que demandan mejoras, sino de los éxitos que exigen
evaluación y mejora permanente. Un éxito no es permanente y requiere
constantes ajustes para que lo sea en el tiempo. La voluntad de aprender
de errores, fracasos y de los éxitos incrementa la capacidad adaptativa
por mejorar la sensibilidad para percibir el contexto por discernimiento
de las lecciones aprendidas en la aplicación de alternativas. De esta
manera, se mantiene una tensión necesaria para enfrentar los desafíos en
lugar de evadirlos.
- Confianza: Esta
variable de la cultura es el elemento de unión para generar el bien común
y es allí donde la persona tiene que saber diferenciar el bien propio del
bien común. Si se inclina a lo primero, de hecho no va a contribuir al
bien común y su efecto en el grupo social es, por decir lo menos,
patológico. No podremos ganar la confianza de los demás para construir si
trasuntamos individualismo, es decir, todo lo contrario a lo que
constituye la base de un ambiente de unión y solidaridad. Para enfrentar
el cambio en un grupo social se tiene que ganar la confianza y esto no se
logra con egoísmo y pensando solo en los intereses personales. En este
sentido, debemos esforzarnos, comprometernos en incrementar nuestra
capacidad adaptativa generando confianza en los demás, demostrando solidaridad
y sentido de unión.
Si estamos en una organización innovadora vamos a
observar un comportamiento social abierto a enfrentar los desafíos, por lo
tanto deberemos estar abiertos a los desafíos y orientados al aprendizaje
continuo.
Escrito por: Dr. Dominguez Granda julio Denjamin
Referencia Bibliografía
- Chiavenato I. (2008). Innovaciones de la Administración, tendencias
y estrategias, los nuevos paradigmas. Quinta Edición. México: Mc GrawHill.
Pág. 9-30.
- Eichholz JC. (2015). Capacidad Adaptativa. Bogotá: U-LID. Pág.
217-235
No hay comentarios.:
Publicar un comentario