DE
LAS TÉCNICAS DE ESTUDIO A LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE.
Las estrategias de
planificación son las implementadas por los alumnos para dirigir y controlar su
conducta. Son anteriores a la realización de una tarea. Pueden realizarse
actividades como: establecer el objetivo y la meta de aprendizaje, seleccionar
los conocimientos previos que son necesarios para llevarla a cabo, descomponer
la tarea en pasos sucesivos, programar un calendario de ejecución y prever el
tiempo, los recursos y el esfuerzo necesarios para la realización de la tarea
que se piensa encarar.
En cambio, las
estrategias de regulación, dirección y supervisión se aplican durante la
ejecución de la tarea. Pueden realizarse actividades como: formulación de
preguntas, seguimiento del plan trazado de acuerdo con el tiempo y el esfuerzo
requeridos por la tarea, modificación y búsqueda de estrategias alternativas en
el caso de que sea necesario para lograr los objetivos.
Por otra parte, las
estrategias de evaluación son las encargadas de verificar el proceso de
aprendizaje y a diferencia de las anteriores se llevan a cabo durante el
proceso y al final de éste. Pueden realizarse actividades como: revisar los
pasos dados, valorar si se han conseguido o no los objetivos propuestos,
evaluar la calidad de los resultados finales, decidir cuándo concluir el
proceso emprendido, cuándo hacer pausas, la duración de las pausas, etcétera.
La quinta estrategia
funciona como apoyo al aprendizaje para que éste se produzca en las mejores
condiciones posibles. Son las conocidas como estrategias de apoyo o afectivas.
El propósito fundamental de este tipo de estrategias es incrementar la eficacia
del aprendizaje y mejorando las condiciones en las que se produce. Esto
implica: establecer y mantener la motivación, enfocar la atención, mantener la
concentración, manejar la ansiedad, manejar el tiempo de manera efectiva,
etcétera.
Entre los propósitos
de la enseñanza de habilidades cognitivas figuran enseñar a aprender, aprender
a aprender o enseñar a pensar.
La elección de las estrategias de aprendizaje
Se espera que el alumno pueda elegir la estrategia
de aprendizaje más adecuada en función de varios criterios:
Ø
Los contenidos de aprendizaje (tipo y
cantidad). La estrategia utilizada puede variar si lo que se debe
aprender son datos, hechos o conceptos, así como también variará de acuerdo con
la cantidad de información que debe ser aprendida. Por ejemplo, si el alumno
debe aprender algunos datos, puede utilizar alguna estrategia de ensayo que
implique técnicas como la repetición oral o escrita, o una regla mnemotécnica.
Ø
Los conocimientos previos que
tenga sobre el contenido de aprendizaje.
Ø
Las condiciones de aprendizaje como
el tiempo disponible, la motivación, las ganas de estudiar, etcétera.
Ø
El tipo de evaluación a la que va a ser sometido.
No es lo mismo apropiarse de un conocimiento para resolver casos o situaciones
que recordar datos o atributos para definir conceptos.
Ø La efectividad
del aprendizaje de estrategias no debe confundirse con la adquisición y puesta
en práctica de técnicas de aprendizaje; antes bien, implica una actitud
crítica, evaluativa y de control por parte del niño respecto del bagaje
cognoscitivo que va conformando y de cómo lo aplica.
Las ideas que
construimos sobre el tema:
• Confundimos técnicas con estrategias.
• Aplicamos de manera recurrente las mismas
estrategias para diferentes objetos de estudio.
• Proponemos la realización de estrategias
sin una reflexión acerca del uso y de los criterios utilizados para su selección.
• Utilizamos técnicas sin identificar qué habilidad cognitiva deseamos que
nuestros alumnos pongan en juego.
• Enseñamos técnicas desvinculadas de los
contenidos de enseñanza.
• Olvidamos que no existen las técnicas
únicas ya que las técnicas son
herramientas que sirven para
determinadas cosas y no sirven para otras.
• Enseñamos técnicas sin vincularlas a un uso
estratégico.
• Creemos que la repetición Mecánica de ciertas técnicas supone una estrategia de
aprendizaje.
• No siempre conocemos nuestro propio proceso
de aprendizaje, las estrategias que poseemos, las que utilizamos y cómo hacemos
uso de ellas.
• No implementamos
estrategias que contribuyan a un mejoramiento de nuestra práctica y que nos
permitan además planificar, regular y
evaluar reflexivamente nuestro desempeño docente. Por ejemplo: establecer
cuáles son los objetivos que pretendemos conseguir, delimitar qué conocimientos
son necesarios para realizar con eficiencia nuestro trabajo, si son adecuados
los procedimientos que se utilizan, si es necesario realizar cambios y
modificaciones para una próxima situación de enseñanza, como probar si las
evaluaciones de los aprendizajes nos brindan información para replantear
cuestiones relativas a la enseñanza, etcétera.
El
método más usual para la enseñanza directa de las estrategias es el
moldeamiento seguido de una práctica guiada.
Por ejemplo, el profesor explica oralmente la forma adecuada de
ejecutar la estrategia. En este momento indica qué hay que hacer, expone en voz
alta las decisiones que deben tomarse para su aplicación, después selecciona
las técnicas más apropiadas y evalúa los resultados.
Luego, es importante que el alumno pueda practicar la estrategia
en temas y contextos distintos. Cuando el chico implementa la estrategia
enseñada, el profesor puede guiarlo con preguntas que le permitan ir
reflexionando sobre los procedimientos realizados. Por ejemplo: ¿Qué hiciste primero?, ¿qué has hecho después?,
¿qué pasos has llevado a cabo?, ¿por qué has hecho eso? , etcétera.
Una vez consolidada la ejecución de la estrategia, se debe
comprender en qué circunstancias se puede utilizar y en cuáles no es
recomendable su uso. Es deseable que el alumno pueda generalizar la estrategia
a otros temas y tareas de mayor complejidad, y esta vez, con una independencia
y autonomía crecientes.
En realidad, la tarea de enseñanza de estrategias no debería
descuidar la apropiación por parte de los alumnos de dos tareas metacognitivas
básicas:
•
Planificar la ejecución de esas actividades.
• Evaluar el éxito o fracaso de las estrategias, e indagar
en sus causas.
¿Qué
estrategias enseñamos?
Las estrategias de aprendizaje pueden y deben enseñarse como parte integrante del currículum general, dentro de cada asignatura. Por lo cual, pueden formar parte de los contenidos de enseñanza dentro de las unidades didácticas.
De hecho, en algunos PCI se observa este tratamiento basado en
una distribución de estrategias y técnicas por año y por ciclo, de manera
gradual desde nivel Inicial hasta Polimodal. No obstante, esta distribución
debería ser el fruto de un trabajo de reflexión, discusión y consenso entre los
docentes.
FUENTE
DE REFERENCIA:
Monereo, C. Estrategias de enseñanza
y aprendizaje. Formación del profesorado y aplicación en la escuela. Barcelona,
Graó, 1994.
Nisbet, J. y Shuckmith, J.
Estrategias de aprendizaje. Madrid, Santillana, Aula XXI, 1987.
Picaporte 1, 2 y 3 Libro del docente
. Buenos Aires, Santillana, 2004.
Pozo, J. I. Aprendices y maestros .
Madrid, Alianza Editorial, 1996.
Pozo,J.I. aprendizaje estratégico .Madrid,Santillana,Aula XXI,1999.
Pozo,J.I. aprendizaje estratégico .Madrid,Santillana,Aula XXI,1999.
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